Espíritu Santo, Avívanos de Nuevo
El avivamiento es más que necesario, ¡es urgente! La iglesia no ha sido llamada sólo a contemplar detrás de una ventana la hermosa lluvia del derramamiento del Espíritu Santo que la historia registra. Los creyentes no deberían conformarse con únicamente conocer esas impactantes crónicas de avivamiento.
Por Dr. GILBERTO MONTES DE OCA
7/30/20252 min read
El avivamiento es más que necesario, ¡es urgente! La iglesia no ha sido llamada sólo a contemplar detrás de una ventana la hermosa lluvia del derramamiento del Espíritu Santo que la historia registra. Los creyentes no deberían conformarse con únicamente conocer esas impactantes crónicas de avivamiento.
Una vez más se necesita el soplo Divino sobre la iglesia. Es en este transitar oscuro delalma cuando necesitamos clamar por avivamiento. Se requiere un poderoso mover del poder del cielo que misericordiosamente despierte a los dormidos, abra sus ojos y destape sus oídos espirituales.
La iglesia de Cristo es llamada a militar en un constante avivamiento. No obstante, la triste realidad es que ha dejado de vivir en los estándares celestiales. Fue probada en la balanza del eterno Dios y no pesa lo que debería (Daniel 5:27). A los ojos de los hombres, una congregación puede aparentar vida, pero sólo es cuestión de que el cielo exhiba su verdadera condición y se conocerá la realidad. Incluso, es posible que una iglesia cuente con un gran santuario, buenos instrumentos musicales y sillas acolchonadas, pero si la gente es tibia y ha perdido su primer amor, entonces realmente es ciega, pobre, desventurada y vacía (Apocalipsis 3:17).
Avivamiento no tiene que ver tanto con liturgia, sino con corazones arrepentidos y humillados que se vuelven a Dios y a su palabra. Implica la muerte del yo; es el desprecio de la vida pecaminosa propia. Es el deseo y la decisión de ya no continuar por esa maligna vereda. Avivamiento es quebrantamiento, es el punto en que la soberbia se consume en los hornos de fuego del Señor.
Es la iglesia la que necesita avivamiento, no el mundo perdido. Los inconversos no necesitan avivamiento, sino conversión, salvación y regeneración. Nadie puede dar lo que no tiene. Si la iglesia no posee vida, entonces carece de sensibilidad y poder para predicar el evangelio a la gente. El avance de la obra de Dios no es óptimo porque buena parte de los redimidos han dejado de vivir en el Espíritu.
Sin el avivamiento sólo se sobrevive, y eventualmente se podría perecer. El problema es que el pueblo redimido por Dios ha querido ser “como las demás naciones” (1 Samuel 8:19, 20). La insensibilidad al Espíritu Santo ha provocado un caos en todas las esferas. Se pretende vivir de las victorias pasadas, puesto que la gloria de Jehová ya no está en el campamento (1 Samuel4:21, 22).
Se necesitan hombres y mujeres que clamen por un poderoso mover de Dios, porque los poderes del infierno han engañado a una tibia generación. Sólo con la ayuda del glorioso Espíritu Santo se puede vivir de acuerdo a los parámetros del cielo. Si el cristiano está débil en su comunión con Dios, entonces está débil en todo. Unámonos con fervor en este clamor: Espíritu Santo, avívanos de nuevo.
Este artículo ha sido tomado del libro Espíritu Santo, avívanos de nuevo.